domingo, 24 de abril de 2016

¡Mi primer libro en Amazon!

¡Hola a todos!
Bueno, estoy súper emocionada porque como podéis ver por el título he autopublicado mi primer libro en Amazon. Están reunidos algunos de los cuentos que escribí de pequeña y que tenéis publicados por aquí. Tiene unos dibujos del antiguo cuadernito en el que solía escribir y aunque solo tiene 28 páginas (y con letra muy grande) es el primer paso. Si queréis tener vuestro propio ejemplar aquí os dejo el enlace, ¿a qué estáis esperando?

¡Mi libro en Amazon!


martes, 11 de marzo de 2014

La lluvia


Hace mucho, mucho tiempo había una tribu llamada la tribu de los Kaitaris. Esta tribu se mantenía sana y salva gracias a los vegetales que comían, el agua de los ríos y los animales que cazaban. Con esos tres elementos conseguían sobrevivir. Era una época tan antigua que ni la lluvia había aparecido todavía, la tribu de los Kaitaris se tenía que conformar con el agua de ríos o manantiales. La vida transcurría tranquila en la aldea pasaban días, semanas y meses y finalmente llegó el verano.

-Este está siendo uno de los veranos más calurosos.- Comentó el jefe de la tribu.
-¿Qué vamos a hacer? Todos los ríos se han secado y no hay agua por ninguna parte, si no actuamos rápido nos moriremos de sed.-Dijo una mujer preocupada.
-¿Por qué no le pedimos a las nubes que nos den agua? Tienen pinta de ser muy suaves y fresquitas.- Propuso un niño
-Es una buena idea, pero no creo que nos hagan caso.-Dijo el jefe.
-Bueno... y si en vez de pedírselo les hacemos llorar, así sus enormes lágrimas nos darán agua para toda la eternidad.

El jefe se llevó la mano a la barbilla y lo meditó un momento. 

-Buena idea- Dijo finalmente- Pero para que nos oigan bien tendremos que subir a la montaña más alta.

Y allí, a la montaña iban subiendo uno a uno todos los miembros de la tribu. Todos subían y empezaban a contarle a las nubes todas las desgracias de su vida: les contaban las cosas tristes que les pasaban, pero nada, las nubes no lloraban. Un día subió a la montaña un sabio y viejo hombre que estaba convencido de que conseguiría hacerlas llorar. Se sentó en el suelo y empezó a pronunciar suave y lentamente:

- Había... dos... y se cayó el de en medio.

 De repente un sonoro estruendo resonó por todo el valle, las nubes empezaron a llorar de risa y lloraron y lloraron y no pararon de llorar en varios meses, cuándo paraba de llover era porque a las nubes se les había olvidado el chiste pero en cuanto volvían a recordar esas 9 palabras otro estruendo sonaba y volvía a llover. Así que si os habíais preguntado alguna vez de donde salió la lluvia, ya tenéis la respuesta. 

miércoles, 17 de julio de 2013

Quiero dar las gracias a Raquel Diaz Reguera por la bellísima  imagen para la cabecera de mi blog. 

GRACIAS RAQUEL

martes, 2 de julio de 2013

Quién invento los pantalones...???



Sabéis este tipo de preguntas que nadie tiene ni idea, y que aunque parezcan muy simples son muy complicadas a la vez? Por ejemplo: Quién inventó el horno…??? o Quién inventó la goma de pelo…??? Como muy bien os decía nadie tiene las respuestas a estas preguntas. O sí... La historia de cómo se inventaron los pantalones se remonta a muchos, muchos, muchos años atrás. Esos tiempos cuando todavía existían las princesas y los príncipes.





Había una vez una princesa muy guapa, muy guapa, muy guapa. Este tipo de princesa de cuento de hadas que siempre va con vestidos largos, muy ajustados a la cintura y de colores brillantes… Pero no les echéis la culpa a ellas, era lo único que se podían poner en esa época. Volviendo al tema, esta princesa como cualquier otra princesa tenía a su amante secreto y para llamar su atención la princesa se batía en duelos a muerte con su príncipe y menos mal que el príncipe llevaba armadura, y de las de metal duro, duro, porque si no, no tendriamos príncipe en esta historia. Bueno el caso es que como ya sabréis  las armaduras tenían dos piernas, vamos como un pantalón pero de metal. Un día la princesa se estaba batiendo contra el príncipe, la princesa tenía arrinconado al príncipe y estaba a punto de ganar la partida cuando de repente el príncipe dice:
:-Alto está bien tu ganas princesa me has derrotado una vez más. Pero que conste que tú juegas con ventaja.
:-Perdonaaaaa… ¿Cómo que con ventaja?-Protesto la princesa-Yo juego limpio, tan limpio como tú, ¿Qué es lo que me hace tener ventaja sobre ti?
:-Jajajajajajaja-Rió el príncipe-Si tu lleváras una armadura tan pesada e incómoda como la mía no tardaría ni dos segundos en liquidarte.
:-¿Y lo tuyo es un problema?, este vestido me corta la circulación, apenas puedo moverme y ni siquiera puedo levantar la pierna más de 30 grados. Esto de llevar vestido sí que es un verdadero problema. Pero bueno si tan cómodo te parece el vestido, póntelo.
:-Claro princesa me pondré tu vestido, si tú te pones mi armadura ¿Trato hecho?
:-Jejeje-Carcajeó la princesa-Ya verás la paliza que te voy a dar…
:-Pues nos vemos mañana a las cuatro y media, recuerda tú con armadura y yo con vestido.
Al día siguiente el príncipe con vestido y la princesa con armadura se encontraron a las puertas del castillo con escudo y espada. Todos los vecinos del pueblo les miraban y murmuraban:
:-Parecen críos de dos años-Comento una ancianita-
:-Si, que vergüenza-Murmuro un hortelano-¿Y ellos van a dirigir nuestro reino, que deshonrra?
:-BUUUUUUUUUUUUUU ¡Fuera, fuera, fuera!-Gritaban los ciudadanos-¡Que se vayan! BUUUUUUUUUUU…No les queremos BUUUUUUUUUUUUUUUU
El príncipe se echo a llorar y la princesa le tuvo que consolar. Necesitaban a alguien que les ayudase…Con todo el jaléo la reina salió a ver qué pasaba. Nada más verla la princesa pensó:
:-Ya viene a echarme la bronca otra vez…UFFFFFF
Pero lo que la princesa no sabía es que (su madre que veía todos los días a su hija con el vestido roto por los duelos) estaba preparando una nueva prenda de vestir, para las damas, caballeros, hortelanos, jardineros, sirvientes…etc.
:-Buenas tardes a todos como reina que soy debo ocuparme de los problemas de mi reino, veo que os habéis alborotado al ver a mi hija vestida así pero no os preocupe porque he estado trabajando en un proyecto nuevo, lo podrá vestir todo el mundo es cómodo, es barato, es bonito…Permitidme que os presente los ‘’PANTALONES’’
:-Que tontería y que nombre más feo y extraño ¿Qué significa?-Pregunto una niña-
:-Pues está muy claro-Comentó la reina-Significa que estarás tan bueno como una barra de PAN y por supuesto que el pantalón te llega hasta los TALONES .Y eso crea la palabra PANTALONES.
:-Que gran idea mi majestad, yo quiero unos, y yo, yo también, a mí, a mí, yo, yo, yo, yo quiero otros HURRA POR NUESTRA REINA ¡¡¡¡¡HIPHIP HURRA HIPHIP HURRA!!!
ASÍ LA PRINCESA Y EL PRÍNCIPE PELEARON Y PELEARON POR SIEMPRE JAMAS  

               FIN


sábado, 9 de marzo de 2013

EL PAÍS DE LOS NÚMEROS

Era se una vez un mundo...que no era de chuches, ni de nubes, ni de hadas, ni brujas. Era un mundo habitado por números de colores. Todos los números adoraban a los números altos como el ocho o el nueve, pero nadie quería a los números bajos como el dos, el uno o el cero. De hecho se burlaban de ellos, les insultaban y ni por asomo se les ocurría hablarles. Un día el uno y el cero se conocieron y se hicieron muy amigos. Y así pasó el tiempo, los dos se hacían compañía y aunque les habría gustado estar con los mayores, era mejor que no estar solos... Un día el cero y el uno decidieron que estaban hartos de que se burlaran de ellos. Pensaron en vengarse pero no era lo correcto. Así que tras meditarlo largo rato decidieron hablar con los mayores, aunque fue en vano porque ellos les ignoraban. Pasaron los días el uno y el cero estaban en casa intentando hacer limonada, tristemente ninguno de ellos se sabía la receta, así que sin darse cuenta crearon una pegajosa sustancia parecida al pegamento. El cero que era muy torpe, debido a su falta de brazos, hizo volcar el tarro y el pegamento se les cayó encima. Ahora el uno y el cero estaban pegados.
¡Ahora formaban un diez!
Muy sorprendidos fueron a visitar al médico, él les explicó que se habían convertido en el número diez, un numero mítico, un número de dos cifras. Al día siguiente el diez fue a clase muy avergonzado y cabizbajo, pero nada más entrar todos sus compañeros se pusieron a aplaudir. Ahora todos los números (hasta el nueve) querían ser sus amigos. Pero el cero y el uno, que sabían lo superficiales que podían ser los mayores, decidieron renunciar a tantos amigos. Por eso acabaron jugando con sus amigos pequeños. Pasados unos días el uno y el cero decidieron quitarse el pegamento ya que les daba igual, ellos estaban con sus verdaderos amigos, los pequeños. ¿Y qué ?¿Qué tiene de malo ser pequeño se preguntaban? Y así el uno y el cero fueron felices y comieron  muchos lápices.

                      fin

Dedicado a la clase de 5º del colegio El Carmen.


lunes, 4 de marzo de 2013

Diario de un naúfrago


22 de febrero de 1967

Hace unos meses partí a un viaje extraordinario. Mi tripulación y yo íbamos ha explorar la isla del Volcán, un proyecto que quería llevar a cabo desde hace mucho tiempo. Era un viaje peligroso pero yo me arriesgué. Ahora me arrepiento. Ayer el barco encalló en una roca y el barco se hundió. Por suerte yo me agarré a un poste de madera que flotaba sobre el mar, el poste me mantuvo a flote durante toda la noche.

23 de febrero de 1967

Me levante al alba. Pero para mi sorpresa ya no estaba en el mar estaba en una isla. No podía imaginar como había llegado a esa extraña isla. Pero si quería sobrevivir tenía que investigar la isla e ir en busca de comida y agua. Me adentré en la isla, no parecía que nadie la habitase. Cuando llegué al centro de la isla me topé con una enorme montaña. Picado por la curiosidad decidí escalarla. Pase toda la mañana escalando. Y cuando por fin llegue a la cima me encontré un enorme abismo que supuraba un gas ardiente. Me di cuenta de que no era una montaña, estaba en la isla del Volcán. La isla del Volcán había sido mi única meta durante estos dos últimos años, era mi proyecto y me sabía cada rincón de la isla como la palma de mi mano. Aún tenía posibilidades de sobrevivir. Se hizo de noche y me cobije en una cueva.

26 de febrero de 1967

Pase varios días muy ocupado. Me construí una pequeña choza con paja y madera, conseguí comida suficiente para alimentarme unos días, y encontré un pequeño manantial de agua de la que voy bebiendo día a día. Ahora que tengo todo lo necesario para establecerme en esta isla, voy a continuar con mis investigaciones sobre la isla. Creo que al final conseguiré terminar las investigaciones, no esperaba toman mis notas de esta manera, pero tengo que reconocer que a sido una grata coincidencia.

30 de febrero de 1967

Ayer un enorme terremoto golpeó toda la isla. También acabó con mi cabaña y mis provisiones. Cada día en la isla me preocupan menos mis investigaciones y me preocupa más el poder sobrevivir. Hoy he vuelto a buscar comida por la isla pero ya estoy cansado de comer solo fruta y verdura. Así que hoy cambié de idea y decidí hacer algo que nunca había hecho, salí a cazar. No conseguí mucho ya que era un novato y todos los animales se burlaban de mí haciéndome tropezar y dar vueltas como un patoso, pero finalmente conseguí cazar un ave que apenas podía elevarse. Tuve que construir otra cabaña y cuando cayó el sol me cobijé bajo ella.

2 de marzo de 1967

Estos días tuve que trabajar muchísimo en reconstruir todo y conseguí pescado, carne y pieles. Fue cansado pero conseguí un rato libre para dar un tranquilo paseo sin preocupaciones alrededor de la isla. Me di cuenta de que estaba en un paraíso natural.

6 de marzo de 1967

Ya me empiezo a acostumbrar a la isla pero aún tengo la esperanza de que me rescaten y me lleven junto a mis seres queridos.

12 de marzo de 1967

Hoy fue un día intenso. Me veía solo sin compañía pensaba que no había esperanzas de volver a casa. De repente oí zumbido pensaba que el volcán iba a entrar en erupción. Por pánico a morir salí de la isla y me eche a nadar. Mi técnica no era especialmente buena pero me valdría. Aguante a flote con mi diario durante un rato pero el volcán no se movía. En ese momento me di cuenta de que ese extraño ruido era mi salvación. Me di la vuelta y detrás de mi se encontraba un barco enorme. Chapoteé en el agua y  un marinero dio la voz de alarma. Al instante muchos marineros comenzaron a lanzar salvavidas, cuando me agarré al salvavidas toda una tripulación tiró de mi.
Cuando estuve a salvo grité.
Un grito de alegría.


                                              fin